Aldo Carlos Mariño, alcalde del distrito de Pataz en la región La Libertad, culminó una caminata de mil kilómetros que lo trajo desde su localidad hasta la ciudad de Lima. El motivo principal de esta ardua travesía es exigir al gobierno central la atención prioritaria a los graves problemas que aquejan a su distrito, sumido en la pobreza, la inseguridad y la falta de servicios básicos. Mariño busca entablar un diálogo directo con representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) con el objetivo de plantear soluciones concretas y obtener compromisos firmes que mejoren la calidad de vida de sus conciudadanos. La determinación del alcalde ha llamado la atención a nivel nacional, convirtiéndose en un símbolo de la lucha de las regiones más olvidadas del país por ser escuchadas y atendidas por las autoridades centrales. La caminata representa un acto de protesta pacífica y un llamado de atención urgente a la necesidad de descentralización y mayor inversión en las zonas más vulnerables del Perú.

La iniciativa del alcalde Mariño surge como respuesta a la falta de cumplimiento de promesas hechas por el gobierno central en reuniones anteriores. Según sus declaraciones, se siente decepcionado por la falta de resultados concretos a pesar de los compromisos asumidos. La caminata se convierte entonces en una forma de visibilizar la problemática de Pataz y ejercer presión para que las autoridades tomen medidas efectivas. El alcalde ha manifestado su intención de reunirse con el presidente de la República para exponer directamente las necesidades de su pueblo y exigir una respuesta favorable. Su llegada a Lima ha generado expectativa en la población y en diversos sectores políticos, que ven en su lucha un reflejo de las demandas de muchas otras regiones del país que se sienten marginadas y desatendidas. La atención se centra ahora en la respuesta que dará el gobierno a las peticiones del alcalde y en las acciones que se tomarán para solucionar los problemas de Pataz.

Inicialmente, la caminata del alcalde Mariño tenía como objetivo principal exigir a la entonces presidenta Dina Boluarte el cumplimiento de los acuerdos alcanzados en una reunión previa en la que también participó el gobernador regional de La Libertad, César Acuña Peralta. Sin embargo, tras la vacancia de la mandataria por parte del Congreso de la República, el enfoque de la protesta se redefinió. Mariño aclaró que su verdadera intención es lograr que se atiendan las necesidades de su pueblo, independientemente de quién ocupe el cargo presidencial. Su principal demanda es la instalación de una mesa de diálogo en la que se puedan abordar los problemas de Pataz de manera integral y se establezcan compromisos concretos para su solución. El alcalde enfatiza la importancia de que se respete la vida y se garantice la seguridad en su distrito, afectado por la minería ilegal y la violencia. Su mensaje es claro: busca soluciones duraderas que beneficien a la población de Pataz y que permitan un desarrollo sostenible de la región.

El alcalde Mariño ha reiterado que su lucha no está ligada a figuras políticas específicas, sino al bienestar de su comunidad. Su objetivo es lograr que el gobierno central asuma su responsabilidad y tome medidas efectivas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de Pataz. La caminata ha sido un acto de valentía y perseverancia que ha despertado la conciencia de la opinión pública sobre la situación de abandono que sufren muchas regiones del país. La llegada del alcalde a Lima representa una oportunidad para que las autoridades escuchen las demandas de su pueblo y se comprometan a trabajar en conjunto para encontrar soluciones viables y sostenibles. La expectativa es que esta protesta pacífica logre generar un cambio real en la vida de los habitantes de Pataz y sirva como ejemplo para otras comunidades que luchan por sus derechos y por un futuro mejor.

El alcalde de Pataz ha confirmado su participación en la marcha convocada para el 15 de octubre en la ciudad de Lima. Esta movilización, que reunirá a diversos sectores de la sociedad civil, incluyendo bloques universitarios, víctimas de la represión policial y gremios de transportistas, busca expresar el descontento generalizado con la situación política y social del país. Mariño considera que es fundamental unirse a esta protesta para hacer oír la voz de su pueblo y exigir un cambio profundo en la forma en que se gobierna el Perú. Su presencia en la marcha representa un respaldo a las demandas de los diferentes colectivos que se movilizarán y una muestra de solidaridad con aquellos que han sido afectados por la violencia y la injusticia. El alcalde espera que esta manifestación pacífica logre generar conciencia en las autoridades y en la sociedad en general sobre la necesidad de construir un país más justo, equitativo y solidario.

Según el alcalde, la marcha del 15 de octubre es una oportunidad para demostrar que el pueblo peruano no está dispuesto a tolerar más abusos y que exige un cambio radical en la forma de hacer política. Mariño ha expresado su rechazo a la forma en que el Congreso de la República ha manejado la crisis política y social del país, argumentando que sus decisiones no han contribuido a solucionar los problemas de la población. El alcalde considera que es necesario un nuevo pacto social que garantice la participación ciudadana en la toma de decisiones y que priorice el bienestar de los más vulnerables. Su presencia en la marcha es un llamado a la unidad y a la movilización social para lograr un cambio real en el Perú. El alcalde ha manifestado su esperanza de que esta protesta pacífica logre generar un diálogo constructivo entre el gobierno y la sociedad civil y que se tomen medidas concretas para mejorar la calidad de vida de todos los peruanos.

A principios de octubre, la caminata del alcalde Mariño se vio interrumpida por un incidente en la región Áncash. Efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) intervinieron al alcalde y a sus acompañantes en un tramo de la carretera Panamericana Norte, a la altura del distrito de Samanco. La intervención se produjo tras denuncias de que algunos de los acompañantes del alcalde portaban armas de fuego sin la documentación correspondiente. Sin embargo, tras las verificaciones pertinentes, se confirmó que todo estaba en regla y se dispuso la liberación inmediata del alcalde y sus acompañantes. Este incidente generó controversia y acusaciones de abuso de autoridad por parte de la policía. El alcalde Mariño calificó la detención de arbitraria y abusiva, denunciando que podría haber sido una estrategia para impedir su llegada a Lima y frustrar su protesta.

El alcalde Mariño ha expresado su sospecha de que la intervención policial en Áncash fue motivada por intereses políticos y que buscaba deslegitimar su protesta. Según sus declaraciones, escuchó una conversación telefónica en la que un oficial a cargo de la intervención recibía instrucciones de un superior para no actuar contra el alcalde y sus acompañantes debido a que no se había encontrado ninguna irregularidad. Mariño ha señalado que este incidente refuerza su convicción de que existen sectores interesados en silenciar su voz y en impedir que se conozcan los problemas de su distrito. El alcalde ha anunciado que investigará el incidente y que tomará las medidas legales correspondientes para denunciar lo que considera un abuso de poder. A pesar de este contratiempo, Mariño ha reafirmado su compromiso de continuar con su lucha y de llegar a Lima para exigir atención a las necesidades de su pueblo.